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Piedras como mascota para lidiar con el estrés y la soledad

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¿Se imaginaría tener una piedra como mascota? En principio, todo serían ventajas al no estar cubierta de pelos que habría que recoger, no haría falta sacarla de paseo y tampoco implicaría gastos de manutención. Sin embargo, esta «mascota», que ya tienen muchas personas en países como Corea del Sur, esconde un importante problema de estrés crónico y soledad.

Imagínese esta situación. Un día llega a casa tras un agotador día de trabajo donde al esfuerzo realizado durante horas se han sumado varios incidentes de última hora, un atasco de tráfico al salir y varias llamadas de familiares que han sumado más estrés a la jornada. Un estrés que espera calmar gracias a la compañía que le ofrece la mascota que le está esperando en casa.

Sin embargo, esta persona de la que le hablo no tiene ningún perro ni gato como mascota. Y tampoco un pájaro o un pez al que, aunque no pueda tocar, sí puede relajarse viendo cómo pía en su jaula o nada en la pecera.

mascota piedraPorque lo que este trabajador tiene por mascota es una piedra como la que puede ver en la imagen.

Pues bien, este “relato” que acabo de contarle es lo que viven a diario muchas personas que sufren un estrés crónico que intentan paliar gracias a las rocas.

Y, aunque parezca sorprendente, la idea de tener una roca como mascota ya lleva unos cuantos años con nosotros.

Piedras mascota: un negocio multimillonario

Fue en la California (Estados Unidos) de los años 1970 donde surgió esa idea tan peculiar como ingeniosa. Y como ocurre con muchos proyectos que han hecho millonarios a sus creadores, nació de un simple “chascarrillo”.

Mientras estaba charlando con sus amigos, el californiano Gary Dahl escuchaba cómo estos se quejaban de lo pesados que a veces se ponían sus perros y gatos. Y, cansado de tantos lamentos, soltó la ocurrencia de que él tendría una piedra como mascota, pues todo serían ventajas: no estaba cubierta de pelos que habría que recoger, no haría falta sacarla de paseo ni limpiar su arenero o pecera, y tampoco implicaría gastos de manutención.

En ese momento sus amigos rieron la ocurrencia, pero Gary Dahl siguió dándole vueltas, pensando que tal vez podría explotar aquella idea. Y así fue como, gracias a una sorprendente campaña de marketing, la idea de las rocas como mascotas se transformó en una empresa, Pet Rock, que le reportó millones de dólares en beneficios.

mascota piedraParte de su éxito se debió a que, gracias a esa campaña publicitaria, durante años se coló entre los regalos más vendidos. Además de barato (cada piedra costaba menos de 10 dólares), era una idea original para aquellas personas que ya no sabían qué regalar.

Sin embargo, recuperando la historia con la que arrancaba este texto, el objetivo actual de estas rocas mascota es muy distinto. Sobre todo, en países como Corea del Sur, donde se han convertido en mucho más que una moda pasajera o algo curioso que regalar.

Para entender esto, debemos ponernos en situación. Corea del Sur es uno de los países con mayor estrés del mundo, en parte debido a jornadas laborales de 52 horas semanales.

Ante esta situación tan extenuante, es normal pensar en adoptar una mascota, pues está más que demostrado que los perros, por ejemplo, ayudan a reducir el estrés y la ansiedad (aquí puede leer otras 8 buenas razones por las que es bueno tener un perro).

El problema es que esas jornadas tan intensas que viven muchos trabajadores del país asiático les impiden sacar a pasear al perro con la frecuencia que requieren. Y tampoco tienen tiempo para realizar los cuidados que toda mascota necesita.

Al menos, una mascota viva que necesite alimentarse, limpiarse…

Una ayuda para escapar de la soledad

Puede resultar chocante, pero lo cierto es que son muchos los testimonios de coreanos que han “adoptado” rocas como mascota, y que sienten que su vida ahora es menos estresante:

Encuentro Artrosis

Cuando llego a casa y no tengo con quién hablar, le cuento a mi roca lo frustrante que ha sido el trabajo”. “Prefiero quejarme a mi roca que a un compañero de trabajo”. “Sé que es un objeto inanimado, pero hablar con ella, como haría con un perro, me ayuda a relajarme”.

Esta complicidad con la mascota mineral lleva a sus dueños, en ocasiones, a dar un paso más y no solo darles un nombre, sino también ponerles ojos, ropa, accesorios… E incluso llevarla con ellos cuando se van de viaje.

Evidentemente, aquí no solo nos encontramos con un problema de estrés. También de soledad.

Porque muchos de los trabajadores que han visto en esas piedras un aliado para hacer frente al estrés, también son personas que viven solas. Y es tanto el efecto que tiene esa soledad sobre sus vidas que el hecho de “hablar” con una roca hace que su regreso a casa sea más ameno y reconfortante.

En definitiva, es una manera de evadirse y que la rutina del día a día resulte más llevadera.

Ahora bien, el problema de la soledad no deseada no existe solo en Corea del Sur. Esta es, de hecho, una de las grandes lacras de la sociedad actual en todo el mundo.

Cada vez más jóvenes se sienten solos, incluso cuando pasan buena parte del día conectados a las redes sociales. Y en el caso de los mayores de 65 años el problema va a más porque suelen tener más dificultades para moverse.

Aunque a veces son ellos mismos los que prefieren apartarse del resto al sentir que son una carga para sus familiares. Una carga que, en realidad, es otra consecuencia de una sociedad donde parece que solo importa hacer cuanto más mejor, sin tiempo para disfrutar del ahora y la compañía de los demás.

Conscientes de esta realidad, hay numerosas campañas públicas que ofrecen recursos para hacer frente a esa soledad. Por ejemplo, por parte del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada de España o, ya dentro de cada comunidad, con agendas de actividades y números de teléfono gratuitos para poder hablar.

Pero si necesita un poco más de ayuda para hacerle frente, le animo a leer este texto sobre la soledad: una epidemia que se combate entre todos.

Porque muchas veces, para dejar atrás las dificultades del día a día, solo es cuestión de tener alguien con quien hablar. Pero si ese alguien es una persona que puede responder, a diferencia de una roca, mejor que mejor.

Fuentes

1. Armando Carreteros Torres: “Pet Rock, una absurda genialidad comercial”. Nacionjuguetes.com. 2023.
Imagen: © Jiyoung Sohn © Amazon.es


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