¿En qué época se vivía mejor? ¡La nostalgia es la respuesta!

“Ya no se hacen películas como las de antes…”.

“En mi época sí que se escuchaba música de verdad…”.

“Qué tiempos en los que las familias estaban realmente unidas, no como ahora…”.

Con estas opiniones no estamos dando datos objetivos. En realidad, se trata de una percepción totalmente subjetiva que puede resumirse en una palabra: nostalgia.

¡Y la ciencia acaba de demostrar por qué ocurre esto!

“¿Qué época era la mejor en…?”

Esta es la pregunta que debieron responder los participantes de un estudio realizado por YouGov, un grupo internacional de tecnología de análisis de datos e investigación en línea. (1)

Su objetivo era, ya que todo el mundo afirmaba que “su época” era en la que se vivía mejor, determinar cuál era realmente la mejor generación de todas. Para ello se planteó la pregunta de “qué época era la mejor en…” seguida de diversos temas: cine, música, economía, vida familiar, etc.

Sin embargo, los datos obtenidos no sacaron nada en claro y los investigadores se encontraron con un galimatías de gráficos que impedía determinar esa época o generación aparentemente perfecta.

Pero entonces propusieron un “pequeño” cambio: clasificar esos datos en relación con la edad de cada uno de los encuestados. ¡Y así sí qué apareció un patrón muy claro!

Y es que lo que realmente influye en nuestra percepción sobre cuál es la mejor época de todas es la edad.

En otras palabras: cuando sentimos nostalgia por “esa época en la que todo era mejor”, no es hacia una década o año específico, sino hacia la época en la que nosotros teníamos una edad concreta.

¡Pero aquí no acaban los entresijos de la nostalgia!

Los investigadores determinaron que esa “edad dorada” que tenemos en mente al pensar en tiempos pasados, que siempre fueron mejores, es la que se sitúa entre la infancia y la adolescencia hasta llegar a los 30 años.

Sin embargo, si queremos ser un poco más concretos, el pico de esa edad dorada dependerá del tema del que se está hablando.

De este modo, si pensamos en la época en la que creemos que la sociedad estaba más unida, uno se divertía más o la economía era más favorable, la nostalgia nos llevará a pensar en cuando teníamos unos 10 años.

Pero si el tema es la música, la “época dorada” será aquella en la que habíamos entrado en la veintena. Y si la cuestión es, por ejemplo, la comida, nos iremos a esa maravillosa década en la que teníamos 30 años.

¡Haga la prueba para ver si esta regla se cumple!

Plantee el tema de la música, el cine o la economía entre varias personas de distintas generaciones. Puede que la década varíe entre cada persona, pero seguro que todas ellas tenían la misma edad, dependiendo del tema tratado.

¿Y cuál es la “peor época”?

Si quiere dar un paso más para confirmar hasta qué punto la nostalgia sigue un patrón muy concreto, plantee después a ese grupo de amigos cuál creen que es la peor época de todas.

Puede que ahí todos se muestren unánimes y la respuesta sea “ahora”.

Y aquí da igual si hablamos de música y entretenimientos en general, o de cuestiones más serias como la economía, el trabajo o la vida familiar. Da igual a quién se pregunte sobre qué época considera que es la peor, muy probablemente se señale la actual.

¡No deja de ser la confirmación de la nostalgia! Ese sentimiento que nos lleva a evocar momentos felices, siempre en el pasado, y que algunos expertos señalan como un mecanismo de defensa del cerebro.

Y es que, con la nostalgia, ya sea al ver una serie de nuestra infancia o al escuchar una canción de cuando empezábamos a salir con los amigos a los 20 años, automáticamente nos sentiremos bien. Y con ese bienestar también mejorará nuestra salud en general.

Es por ello que nos despedimos preguntándole por esa época en la que cree que se vivía mejor.

Ahora sabemos que es una pregunta retórica y que jamás nos pondremos de acuerdo con la respuesta. Pero si sirve para recuperar esa nostalgia y evocar momentos felices, bienvenido sea.

Y si quiere seguir viajando por la nostalgia y esa “época dorada”, le animo a leer otros artículos donde hemos tratado este maravilloso y sorprendente sentimiento:

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