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Rosa mosqueta: la “planta de Hansen” contra la artritis

La rosa mosqueta es una planta medicinal que no puede faltar en su hogar por todos los beneficios que ofrece para la salud. Los analizamos todos, indicando el formato más efectivo para cada dolencia: artritis, quemaduras y heridas, envejecimiento cutáneo…

En Dinamarca es muy popular la historia de Erik Hansen, un granjero de 60 años que sufría terribles dolores de artritis en los hombros. Sin embargo, los analgésicos que le recetaba su médico no le hacían ningún efecto.

Hasta que un día, en 1980, un amigo le ofreció una mermelada de bayas silvestres que cambiaría su vida para siempre. Y es que a Erik le gustó tanto que la tomaba todos los días y, rápidamente, notó que ese dolor atroz, como si una barra de hierro le atravesara los hombros, cada día le dolía menos.

Enseguida sospechó que la responsable era esa mermelada tan deliciosa, así que hizo un buen acopio de las bayas con las que su amigo le contó que había preparado la compota. Después las secó y las trituró en un polvo que empezó a tomar a diario.

Los resultados fueron inmediatos. ¡El polvo era aún más efectivo que la mermelada!

Fue entonces cuando Erik decidió montar su propia empresa para elaborar la que él denominó “la planta de Hansen anti-artritis”. Y ese remedio se volvió tan popular que en 2005 investigadores del hospital de Copenhague hicieron un estudio para analizar a fondo la composición de ese polvo y sus efectos en pacientes con artritis.

Una vez más, los resultados fueron sorprendentes: de los 94 pacientes con artritis que formaron parte de este estudio, el 80% pudo reducir a la mitad el consumo de analgésicos ¡pasadas solo tres semanas!

Pero, ¿cuál es esta planta tan milagrosa?

Pues bien, la “planta de Hansen” no era otra que la rosa mosqueta.

En mermelada, infusión o polvo ¡usted elige!

La rosa mosqueta es un arbusto silvestre de la familia de las rosáceas que es nativo de Europa, aunque también puede encontrarse en Sudamérica. Y además de por sus bellas flores, de un rosa pálido, interesa sobre todo por su fruto silvestre, conocido como “escaramujo”.

Este se emplea para la confección de dulces y mermeladas, como ya ha visto con la historia de Hansen, aunque también se pueden hacer infusiones.

Ahora bien, si algo destaca en la rosa mosqueta es la cantidad de vías por las que puede tomarse. Y cada una de ellas ofrece distintos beneficios para la salud.

Todo esto se lo debemos a su riqueza en vitaminas A, B3, B9, C y E, además de en magnesio, flavonoides, carotenoides y antioxidantes naturales como el retinol. La sinergia de todas estas sustancias es lo que la convierte en una gran aliada para combatir el dolor articular, pero también a la hora de prevenirlo.

Eso sí, si opta por tomarlo en forma de polvo, que según el estudio potencia los beneficios frente a la artritis, asegúrese de que el producto elegido ha seguido un proceso de deshidratación a baja temperatura. De este modo conservará la riqueza de todos sus nutrientes.

Tisanas estación

Pero además de para el dolor articular, la rosa mosqueta también es conocida en el campo de la cosmética por sus propiedades hidratantes, cicatrizantes y rejuvenecedoras de la piel. Y en este caso es mejor apostar por su aceite esencial.

Deje que la rosa mosqueta mime su piel

El aceite esencial (AE) de rosa mosqueta, el concentrado de los principales componentes activos de la planta, se extrae de sus semillas a partir de una presión en frío.

Este AE destaca por su alto contenido en ácidos grasos esenciales poliinsaturados, de en torno a un 80%, y entre los que destacan el ácido linoleico, el linolénico y el oleico. Los tres son nutrientes que intervienen en la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular, lo que ofrece una acción cicatrizante muy potente.

Por ejemplo, se ha demostrado que el AE de rosa mosqueta estimula la renovación cutánea y acelera la recuperación de heridas y quemaduras. Y, gracias a sus propiedades hidratantes y nutrientes, permite suavizar la dermis y atenuar las arrugas, previniendo el envejecimiento cutáneo.

Por último, su aceite también se emplea para reducir las marcas de acné, atenuar las estrías y suavizar las manchas de la piel.

Como ve, propiedades no le faltan.

Y en el caso de que quiera emular al granjero Hansen y recolectar sus propias bayas de rosa mosqueta ¡ahora es el momento! Otoño es la estación ideal para su cosecha, pudiendo encontrarlas en los senderos, al borde de las carreteras o en el interior de los bosques.

Además de en mermeladas, puede tomarlas crudas, en sopas, infusiones… Y, por supuesto, también puede elaborar su propio polvo para potenciar sus efectos analgésicos y antiinflamatorios.

Lo único, asegúrese de eliminar los pelillos interiores de las hojas, ya que pueden causar irritación.


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