Se ha descubierto que tanto la proteína C reactiva en sangre, como la calprotectina fecal en heces, son importantes factores a tener en cuenta para la detección de la enfermedad de Crohn. Se trata de una patología inflamatoria crónica localizada en la parte distal del intestino delgado, aunque puede afectar a cualquier parte del órgano: desde la boca hasta el ano o incluso fuera del intestino.
Para llegar a esta conclusión se llevó a cabo un ensayo clínico que contó con 244 pacientes que padecían esta enfermedad y que fueron divididos en dos grupos: en uno se iba modificando el tratamiento en función de los síntomas que experimentaban, mientras que en el segundo se tuvieron en cuenta también estos biomarcadores (proteína C reactiva -PCR- y calprotectina).
Pasadas 48 semanas de tratamiento, en el segundo grupo (el que tenía en cuenta estos biomarcadores) el 46% de los pacientes vio cómo desaparecían las lesiones ulcerosas del intestino, y la mayoría logró que la enfermedad remitiera de manera significativa. Por su parte, en el primer grupo esto ocurrió con el 30% de los afectados.
De este modo, el sistema basado en los biomarcadores permite un mejor seguimiento para los pacientes con síndrome de Crohn, una enfermedad de la que a día de hoy se desconocen sus causas. Además, se trata de un seguimiento mucho menos invasivo que el que se realiza actualmente, por medio de endoscopias.
Fuente: Jean-Frederic Colombel, Remo Panaccione, Peter Bossuyt, Milan Lukas, Filip Baert, Tomas Vaňásek, Ahmet Danalioglu, Gottfried Novacek, Alessandro Armuzzi, Xavier Hébuterne, Simon Travis, Silvio Danese, Walter Reinisch, William J Sandborn, Paul Rutgeerts, Daniel Hommes, Stefan Schreiber, Ezequiel Neimark, Bidan Huang, Qian Zhou, Paloma Mendez, Joel Petersson, Kori Wallace, Anne M Robinson, Roopal B Thakkar, Geert D’Haens: “Effect of tight control management on Crohn’s disease (CALM): a multicentre, randomised, controlled phase 3 trial”. The Lancet. 2017
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