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La verdura que todo oncólogo debería recetar

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Soy perfectamente consciente de que hablar de evitar el cáncer son palabras mayores. Y que además poder hacerlo simplemente consumiendo una verdura tan común puede parecer hasta una frivolidad.

Pero la ciencia nunca ha estado más de acuerdo respecto a las propiedades antitumorales de esta planta de la familia de las crucíferas, que usted tiene a su alcance en cualquier frutería: el brécol (o brócoli).

Y es que en la actualidad el brécol se encuentra en el punto de mira de la investigación científica por contener una combinación de sustancias con una asombrosa cualidad, ya que es capaz de neutralizar las sustancias cancerígenas. (1)

Esto significa evitar y frenar el cáncer.

No se trata de un canto de sirena más ni de otra promesa irrealizable en el ámbito de esta terrible enfermedad. Esta afirmación está avalada por los estudios científicos más rigurosos y punteros, que no dejan lugar a la duda y que le detallaré en profundidad.

Me gustaría que usted y todo aquel que tenga interés por cuidar su salud leyese con detenimiento lo que viene a continuación. Y desde luego también los médicos y profesionales sanitarios, especialmente los oncólogos, que tan estrecha relación mantienen con la lacra del cáncer.

Y es que hoy quiero hablarle del sulforafano, una increíble sustancia presente en el brécol que tiene la capacidad de prevenir y frenar eficazmente esta enfermedad.

Si no la conoce le aseguro que es tan beneficiosa que incluso se planteará tomar esta verdura a diario. Aunque si lo prefiere, también puede tomarla en forma de complemento nutricional. Más adelante le daré mi recomendación.

Pero antes, veamos cuál es su consumo diario de verduras para saber si realmente necesita un aporte extra de algunos nutrientes y evaluar su factor de riesgo ante ciertas enfermedades.

Usted necesita comer verduras a diario

Para conocer si su consumo de frutas y verduras es el adecuado, simplemente hágase tres preguntas:

  1. ¿Consume usted a diario un mínimo de 5 raciones, entre frutas y verduras?
  2. ¿Cómo las consume: en crudo o siempre cocinadas?
  3. Y por último, ¿estas raciones son de alimentos de diferentes colores?

Si me permite aventurarme, podría responder por usted. Y no yo directamente, sino las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según este organismo el consumo mínimo recomendable sería de 400 g al día (3 piezas de frutas y dos raciones de verduras); un dato que dista mucho de la cruda realidad, donde no se alcanzan ni de lejos estas cantidades mínimas.

Se estima que este déficit general del consumo de frutas y verduras es responsable de 1,7 millones de muertes en el mundo cada año, y está asociado, según la OMS, tanto a una mala salud general como a un mayor riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles como las cardiopatías, la obesidad y algunos tipos de cáncer. (2)

Y ahora, siendo honesto, lo más probable es que usted no sólo no alcance las cantidades mínimas recomendadas, sino que además suela tomarlas cocinadas (con lo que pierden parte de sus propiedades) y que tampoco cumpla con el requisito de consumir la variedad de colores.

¿Que por qué tomar frutas y verduras de diferentes colores?

Pues porque además de aportar nutrientes, los vegetales son ricos en un conjunto de sustancias que les confieren diferente coloración: naranja en el caso de las zanahorias, verde en el del brócoli, blanco en la cebolla o morado en los arándanos, por poner algunos ejemplos. Y son precisamente estas sustancias las que año tras año arrojan en las investigaciones nuevos beneficios para la salud más allá de su valor nutritivo. Entre ellas se encuentran los polifenoles, los carotenos, los fitoesteroles o los flavonoides. Y también el sulforafano, la sustancia presente en el brécol y que le he mencionado antes.

Así actúa para mantener alejado al cáncer.

El brécol, una obra maestra de la naturaleza

Verduras como la col rizada, la coliflor, las coles de Bruselas o el brécol pertenecen a la familia de las crucíferas.

Las células de esta familia contienen en su citoplasma unas sustancias denominadas glucosinolatos. Y aunque todas las crucíferas contienen estos importantes compuestos azufrados, ¿se imagina cuál de ellas es la que mayor concentración presenta?

Efectivamente, se trata del brécol.

Pues bien, los glucosinolatos permanecen estables hasta el momento en que se ponen en contacto con una enzima de las células vecinas, la mirosinasa, que está implicada en los mecanismos de defensa de las crucíferas. Esta enzima es capaz de transformar los glucosinolatos -en particular, la glucorafanina- en isotiocianatos como el indol-3-carbinol (I3C) o el sulforafano.

No cabe duda de que el mecanismo es complejo. Como resultado, el sulforafano tiene la particularidad de activar en nuestro organismo las enzimas de fase II encargadas de neutralizar las sustancias cancerígenas.

Y esto está demostrado científicamente. (3)

Otra de las características más destacadas de la familia de las crucíferas, y en particular del brécol, es la capacidad de “activar” los genes que producen las enzimas necesarias para optimizar la función celular. Entre éstas últimas destacan 3 enzimas desintoxicantes: quinona reductasa (QR), glutation-S-transferasa (GST) e uridina difosfato glucuronosiltransferasa (UGT), que actúan transformando las toxinas que pueden desembocar en células cancerígenas en sustancias más hidrosolubles, lo que permite que pueden ser eliminadas del organismo con facilidad.

El sulforafano también es un potente modulador de los sistemas enzimáticos que metabolizan los xenobióticos, que pueden desembocar en una lesión celular, daño inmunológico o cáncer.

Este mecanismo puede justificar la relación que la ciencia ha establecido entre el consumo de brócoli y la reducción del riesgo de cáncer, ya que el sulforafano
no sólo reduce las toxinas que activan la progresión de las células cancerígenas en fase II, sino también en la fase I, al inhibir que sustancias potencialmente procancerígenas se transformen finalmente en cancerígenas. (4) (5) (6)

Todos los estudios demuestran la interacción real de esta sustancia en el origen y la progresión del cáncer en el organismo. A la vista de los resultados, creo sinceramente que todo médico debería “recetar” brécol a sus pacientes con carácter preventivo.

Y no acaban ahí las virtudes terapéuticas de esta extraordinaria verdura.

Tisanas estación

No sólo es eficaz contra el cáncer

El sulforafano es una caja de sorpresas.

Además de estos esperanzadores efectos antitumorales documentados, diversos estudios han constatado su capacidad para inhibir el crecimiento del patógeno bacteriano Helicobacter pylori.

Esta bacteria, que se instala en las paredes gástricas, es extremadamente resistente a los antibióticos y difícil de eliminar. La Helicobacter pylori provoca una inflamación de las mucosas gástricas que puede derivar en úlceras pépticas e incluso en linfoma o cáncer gástrico.

Pues bien, las diferentes pruebas de sensibilidad realizadas sobre 28 especies microbianas para determinar la acción bactericida y antifúngica del sulforafano indican que el consumo regular de verduras que contienen azufre, como el brécol, es capaz de inhibir más de 20 microbios hasta una concentración mínima. Entre ellos está el Helicobacter pylori, por lo que se puede asegurar que tomar brécol regularmente protege de los casos de gastritis asociados a esta bacteria y, por extensión, frente al cáncer gástrico. (7) (8) (9)

Además, no podemos olvidar que las frutas y verduras son alimentos ricos en sustancias con capacidad antioxidante. Y el brécol también destaca en esta faceta de contrarrestar la acción de los radicales libres.

De hecho es un excelente antioxidante natural, ya que gran parte de los radicales libres están activados por el sistema enzimático fase-I que, como hemos visto, algunas sustancias presentes en la familia de las crucíferas tienen la capacidad de inhibir.

Entre los antioxidantes presentes en el brécol destacan los carotenoides, los flavonoides, la vitamina C y los isotiocianatos. Además, la presencia de cisteína y metionina estimula la producción de glutatión, un antioxidante endógeno fundamental para la salud. (10)

A la vista de tantas propiedades saludables, es inevitable que se esté haciendo ahora mismo esta pregunta:

Entonces, ¿debo incluir brécol cada día en mi alimentación?

¡Por supuesto que sí! Además de sabroso, el brécol es una fuente de salud que usted no puede ignorar. Son tantas sus virtudes terapéuticas y las múltiples aplicaciones que atesora que se le considera un “superalimento”.

Sólo hay dos problemas:

Problema 1.- La mejor forma de aprovechar el sulforafano y las otras sustancias beneficiosas presentes en el brécol es tomándolo crudo o con una ligera cocción al vapor. Si se excede en el tiempo de cocinado o se alcanzan temperaturas excesivas, la enzima mirosinasa se inactiva y en consecuencia se detiene la formación de sulforafano.

Esta es la razón por la que los aportes de sulforafano pueden ser insuficientes, a pesar de que usted consuma regularmente brécol y otras crucíferas.

Problema 2.- Para obtener la cantidad de sulforafano necesaria para prevenir el cáncer, usted tendría que consumir brécol crudo o cocinado al vapor en cantidades considerables y con frecuencia. Si le encanta el brécol, no le parecerá un inconveniente, pero estará conmigo en que hasta de lo bueno se llega uno a cansar…

Estos dos motivos justifican el complemento nutricional tan especial que he elegido hoy para usted.

Ponga un complemento de brécol en su dieta

Sin duda, la forma más fácil y práctica de obtener todos los beneficios del sulforafano (sin que sea necesario atiborrarse a brécol cada día) es a través de un complemento nutricional.

El que le recomiendo hoy le aporta en un solo comprimido ni más ni menos que 30 mg de sulforafano. Para que se haga una idea, la misma cantidad que aportan 750 g de brécol en crudo. Con un aporte de 300 mg de extracto de brécol por cápsula y una estandarización al 10% de sulforafano, esta es, en la actualidad, la forma más rica, más estable y más biodisponible de beneficiarse del increíble poder anticáncer del brécol.

Tomando cada día 1 ó 2 comprimidos de este complemento usted podrá:

  • Neutralizar las posibles sustancias procancerígenas, ayudando a su organismo a eliminarlas y, por tanto, prevenir varios tipos de cáncer (próstata, mama, hígado, colon…)
  • Inhibir el crecimiento y desarrollo de la bacteria Helicobacter pylori gracias a la acción bactericida y bacteriostática del sulforafano. Los estudios han demostrado que la administración de esta sustancia en pacientes infectados por Helicobacter pylori redujo el número de bacterias de manera significativa.
  • Reducir el estrés oxidativo, bloqueando el exceso de radicales libres en tejidos sensibles como los renales, la retina o los tejidos cardíacos, y ayudando también en casos de hipertensión y de cataratas. (11) (12) (13)

Con este complemento se asegurará un aporte constante de sulforafano, que garantiza una protección frente a estas patologías científicamente demostrada.

Me encantaría que todo el mundo tomase nota de la importancia de incluir el brécol a diario en su dieta, ya sea crudo, cocinado al vapor o a través de este complemento.

Tan sólo deberán abstenerse de tomarlo las personas con patologías de tiroides, ya que los componentes del brócoli están desaconsejados al inhibir parcialmente la absorción del mineral yodo por parte de esta glándula.

Los beneficios que el brécol ofrece a su salud son demasiado buenos como para no aprovecharlos.

Comience a hacerlo ahora mismo, si lo desea, en este enlace.

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Fuentes:

  1. Tortorella SM1, Royce SG, Licciardi PV, Karagiannis TC. Dietary Sulforaphane in Cancer Chemoprevention: The Role of Epigenetic Regulation and HDAC Inhibition. Send to Antioxid Redox Signal. 2015 Jun 1;22(16):1382-424.
  2. «Aumentar el consumo de frutas y verduras para reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles». Biblioteca electrónica de documentación científica sobre medidas nutricionales (eLENA). Organización Mundial de la Salud (OMS).
  3. Tortorella SM1, Royce SG, Licciardi PV, Karagiannis TC. Dietary Sulforaphane in Cancer Chemoprevention: The Role of Epigenetic Regulation and HDAC Inhibition. Send to Antioxid Redox Signal. 2015 Jun 1;22(16):1382-424.
  4. Noyan-Ashraf MH, Sadeghinejad Z, Davies GF, et al. Phase 2 protein inducers in the diet promote healthier aging. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2008;63(11):1168-76.
  5. Fahey JW, Zhang Y, Talalay P. Broccoli sprouts: an exceptionally rich source of inducers of enzymes that protect against chemical carcinogens. Proc Natl Acad Sci U S A. 1997;94(19):10367-72.
  6. Brooks JD, Paton VG, Vidanes G. Potent induction of phase 2 enzymes in human prostate cells by sulforaphane. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2001;10(9):949-54.Johansson NL
  7. Pavia CS, Chiao JW. Growth inhibition of a spectrum of bacterial and fungal pathogens by sulforaphane, an isothiocyanate product found in broccoli and other cruciferous vegetables. Planta Med. 2008 Jun;74(7):747-50.
  8. Fahey JW1, Haristoy X, Dolan PM, Kensler TW, Scholtus I, Stephenson KK, Talalay P, Lozniewski A. ulforaphane inhibits extracellular, intracellular, and antibiotic-resistant strains of Helicobacterpylori and prevents benzo[a]pyrene-induced stomach tumors.Proc Natl Acad Sci U S A. 2002 May 28;99(11):7610-5.
  9. Haristoy X, Fahey JW, Scholtus I, et al. Evaluation of the antimicrobial effects of several isothiocyanates on Helicobacter pylori. Planta Med. 2005;71(4):326-30.
  10. Dinkova-Kostova AT, Talalay P. Direct and indirect antioxidant properties of inducers of cytoprotective proteins. Mol Nutr Food Res. 2008;52 Suppl 1:S128-38.
  11. Wu L, Noyan Ashraf MH, Facci M, et al. Dietary approach to attenuate oxidative stress, hypertension, and inflammation in the cardiovascular system. Proc Natl Acad Sci U S A. 2004;101(18):7094-9
  12. Brown L, Rimm EB, Seddon JM, et al. A prospective study of carotenoid intake and risk of cataract extraction in US men. Am J Clin Nutr. 1999;70(4):517-24.
  13. Gao X, Talalay P. Induction of phase 2 genes by sulforaphane protects retinal pigment epithelial cells against photooxidative damage. Proc Natl Acad Sci U S A. 2004;101(28):10446-51


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