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Especial carne: su impacto real en la salud

Cada Dossier que el Dr. Curtay elabora contiene información exclusiva, objetiva y contrastada que no deja a nadie indiferente.

Pero le aviso de que el próximo número va a traer cola.

Se trata de un Especial sobre la carne que de una u otra manera nos afecta a todos, ya que:

  • Va a remover conciencias entre los carnívoros (que son muchos y, generalmente, muy convencidos), e incluso puede llegar a cambiar sus hábitos.
  • Añade nuevos datos y elementos de juicio después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertara en el año 2015 de la presencia en la carne de sustancias potencialmente cancerígenas.

También le digo que, si usted come carne habitualmente, el Dr. Curtay en ningún caso pretende posicionarle en contra de su consumo; ha reunido los estudios científicos que analizan sus efectos sobre la salud y también va a presentarle los alimentos que pueden sustituir sus aportes nutricionales.

Aunque le advierto de que los resultados de las investigaciones a las que ha podido acceder el Dr. Curtay, y que ahora va a compartir en exclusiva con usted, son demoledores y ponen de manifiesto que la carne es prescindible, poco saludable y, en ocasiones, tóxica.

Vea si no qué es exactamente lo que usted pone en su plato y cómo puede afectar a su salud.

Mitos y leyendas sobre la carne

Lo primero que encontrará en este Dossier son los mitos que suelen atribuirse al consumo de carne.

¿Es la carne la mejor fuente de proteínas?

¿Realmente nos hace más fuertes?

¿Es cierto que se pasa hambre con una dieta vegetariana?

¡Claro que no!

Y esto es más importante de lo que parece, pues estas y otras ideas preconcebidas son las responsables de que hoy muchas neveras estén llenas de hamburguesas, salchichas y carne procesada, salsas elaboradas con carne, platos preparados…

Para desmontarlas el Dr. Curtay se vale exclusivamente de argumentos científicos.

Por ejemplo, una de las afirmaciones más extendidas es que las proteínas de la carne tienen más calidad que las proteínas vegetales presentes en los cereales y las legumbres. Seguro que usted también lo ha oído en alguna ocasión.

En principio, podría darse por buena, pues es cierto que los cereales son deficitarios en lisina (un aminoácido esencial muy beneficioso que la carne aporta en gran cantidad), mientras que las legumbres lo son en los aminoácidos azufrados (como la metionina y cistina), igualmente presentes en la carne. Sin embargo, combinando cereales y legumbres (como se hace tradicionalmente con las tortas de maíz y alubias rojas en Sudamérica o con el cuscús y los garbanzos en África) se obtienen proteínas igual de completas que las procedentes de la carne.

Y los que piensan que la carne tiene un mayor contenido en proteínas, también se equivocan: la soja puede contener hasta un 49% de proteínas, superándola así holgadamente.

Cuando conozca todas estas “falsas verdades” sobre la carne le animo a que las transmita a sus allegados para que también los tengan claro.

Lo bueno de comer carne…

¡Ojo!: no todo es malo sobre la carne, y en este número especial el Dr. Curtay también sabe reconocer sus aportes nutricionales y sus propiedades saludables. En el Dossier encontrará los grupos concretos para los que este alimento es necesario y debe estar presente en su dieta.

Contrariamente a lo que suele creerse, el principal interés nutricional de la carne no reside en las proteínas que contiene, sino en tres nutrientes fundamentales:

Hierro, imprescindible para proporcionar hemoglobina (responsable de transportar el oxígeno a la sangre) y potenciar el sistema inmunológico. Su carencia puede ocasionar problemas de concentración, cansancio y anemia. Pero, ¡tenga cuidado!: un exceso de hierro conlleva serios riesgos para la salud. Préstele especial atención a este punto, pues también indica los aportes necesarios de hierro para cada edad.

Zinc, clave en los procesos metabólicos a nivel celular, especialmente en aquellos que implican la generación de nuevas células. En estos casos el zinc actúa como una “fotocopiadora de ADN”, impulsando algunas de las funciones básicas del organismo, como la inmunitaria y la renovación y la cicatrización de tejidos. En el Dossier encontrará la relación de alimentos más ricos en este mineral y otras fuentes alternativas.

Vitamina B12, fundamental para la renovación celular y la producción de los neurotransmisores responsables de las funciones cerebrales, reduciendo el riesgo de deterioro cognitivo y accidentes cerebrovasculares (ACV). Y atención: su única fuente se encuentra en la carne y otros derivados animales.

Pero desgraciadamente no son las únicas sustancias presentes en la carne. Vea ahora lo que los estudios científicos más rigurosos han descubierto y los riesgos que asocian a la salud.

… y lo malo: las bombas de relojería presentes en la carne

Los análisis químicos a los que ha tenido acceso el Dr. Curtay revelan que la carne contiene múltiples agentes patógenos que pueden perjudicar gravemente el correcto funcionamiento del metabolismo. Estos son algunos de los más peligrosos:

Tisanas estación

Ácido araquidónico, un potente vasoconstrictor que se encuentra exclusivamente en la carne y que estrecha los vasos sanguíneos, favorece la agregación plaquetaria y la aparición de trombos.

Leucina, un aminoácido que inhibe la serotonina e impulsa las conductas autodestructivas (aumentando el consumo de azúcar, alcohol o tabaco), y aumenta el riesgo de enfermedades degenerativas asociadas a la edad.

Carnitina y colina, componentes de la carne a priori beneficiosos, pero que un excesivo consumo transforma en N-óxido de trimetilamina (TMAO), un acelerador del envejecimiento asociado a un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares (ACV) y alzhéimer, y a una mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Patógenos que agreden la microbiota, alteran la mucosa digestiva e inflaman la flora intestinal, causa principal de sobrepeso, diabetes, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, depresión e hiperactividad.

Agentes infecciosos provenientes de los animales y que se transmiten al ser humano, como la Escherichia coli y otras bacterias resistentes a los antibióticos que están muy presentes en la carne de ganadería industrial. ¿Recuerda el caso de las vacas locas? Pues perfectamente podría repetirse en otros animales.

Virus cancerígenos presentes en la carne, responsables del 23% de los casos de cáncer. El más extendido, así como el más carcinógeno, es el virus del papiloma humano (VHP), asociado al cáncer de cuello de útero y al de esófago.

Disruptores endocrinos causantes de múltiples enfermedades, soja transgénica con la que se alimenta a la ganadería industrial y que contiene glifosato (un herbicida clasificado como cancerígeno), petróleo, arsénico y otros contaminantes.

Sin olvidarnos del hierro que, si bien acabamos de ver que es necesario en su justa medida, en niveles excesivos es proinflamatorio y prooxidante, acelera el envejecimiento y aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas y autodegenerativas. ¿Sabe por qué la incidencia del cáncer es un 25% menor en las mujeres? Pues básicamente porque las mujeres debido a la menstruación pierden hierro cada mes. Saque usted sus propias conclusiones.

Ahora que ya sabe qué es exactamente lo que contiene la carne, vea cómo sus diferentes presentaciones y variedades pueden llegar a afectar a la salud. Aunque como se podrá imaginar, tal cantidad de agentes nocivos no puede augurar nada bueno.

Las enfermedades asociadas a un consumo excesivo de carne

La primera conclusión de un macroestudio que compilaba a su vez una decena de investigaciones es clara: el riesgo de mortalidad por cualquier causa se incrementa un 26% entre aquellos que consumen carne roja en exceso.

La explicación es que la carne es un poderoso inflamatorio con incidencia directa sobre muchas de las enfermedades más graves. Así, su consumo excesivo:

  • Incrementa la gravedad de la enfermedad de Crohn y de la rectolitis hemorrágica.
  • Duplica las probabilidades de padecer sobrepeso y aumenta en un 94% el riesgo de obesidad.
  • El riesgo de diabetes tipo 2 aumenta en un 40% en aquellos hombres que consumen carne entre 1 y 2 veces por semana.
  • El consumo diario de 100 g de carne incrementa en un 11% el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y en un 15% el riesgo de morir por cualquier problema cardiovascular.
  • Una ración de carne roja al día aumenta en un 10% la mortalidad por cáncer (en el caso de la carne procesada, el incremento es del 16%), y dos raciones elevan el riego de padecer cáncer de colon en un 30%.
  • El alzhéimer afecta entre dos y tres veces más a los consumidores de carne que al resto de la población y, al igual que sucede con el párkinson, está relacionado con las altas concentraciones de hierro en el organismo, asociadas a un consumo excesivo.
  • Y también afecta y altera los neurotransmisores cerebrales (serotonina, noradrenalina, dopamina…), favoreciendo las conductas impulsivas, la agresividad, la dependencia, la depresión…

Son innumerables los estudios científicos que relacionan el consumo de carne con graves patologías, incluyendo aquellos realizados en países asiáticos en dónde dichas enfermedades antes eran prácicamente inexistenetes y, desde que han incoporado la carne a su alimentación, su inicidencia se ha disparado. Los podrá leer todos (junto con sus fuentes acreditativas, por si desea profundizar en la información) en el número especial sobre la carne.

Pero en este Dossier no solo encontrará las evidencias que señalan al consumo de carne como una práctica de riesgo. El Dr. Curtay le muestra además toda la información que usted necesita para decidir si desea continuar o no con la carne en su dieta, como:

  • Hamburguesas, carne procesada, carne roja… el ránking de las carnes más peligrosas.
  • Las diferentes formas de cocinar la carne, los peligros que conllevan (el carbón vegetal utilizado en una barbacoa genera las dioxinas equivalentes a 120.000 cigarrillos), y los consejos para consumir carne de la forma más saludable.
  • Los sustitutos más apropiados de la carne, por si decide dejar de consumirla.
  • Y si desea continuar consumiendo ese alimento razonablemente, también sabrá dónde y cómo encontrar la carne de mejor calidad.
  • Las “carnes vegetales” que consiguen recrear el sabor y la apariencia de la carne, para aquellos que no pueden pasar sin ella.
  • Los complementos nutricionales que no pueden faltar en su dieta para compensar las posibles carencias alimenticias, si usted es vegetariano o vegano.
  • Cómo desintoxicarse de los contaminantes que llegan al organismo a través del consumo de carne con unas sencillas recomendaciones.
  • ¡Y mucho más!

Este número especial sobre la carne le desvela le realidad sobre uno de los alimentos más comunes y que no es todo lo saludable que se podría pensar.

Hoy en muchos hogares se come carne prácticamente todos los días y en cantidades desproporcionadas, ¡el doble que hace 70 años!

Por eso, cuando lo lea, le invito a que haga una profunda reflexión: qué sitio deber tener la carne en su plato y en su salud.

Si quiere beneficiarse de esta valiosísima información solo tiene que suscribirse a Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar y solicitar ahora su ejemplar. Pero deberá darse prisa, pues solo tiene hasta este miércoles 27 de febrero para hacerlo.

El jueves enviaremos a la imprenta el número especial “La carne. Su impacto real en la salud”, por lo que le recomiendo que reserve el suyo cuanto antes si quiere recibirlo impreso directamente en su domicilio.

¡No deje pasar la oportunidad de conocer toda la verdad sobre la carne y sus preparados!

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