En Sudamérica no es raro ver a las mujeres mayores realizando un extraño ritual una vez terminada la limpieza del hogar: se desplazan de una habitación a otra de la casa con una ramita de palo de santo (Bursera graveolens) humeante en sus manos.
Cualquier persona desinformada podría pensar que se trata de un hábito supersticioso o incluso de brujería, pero… ¡nada más lejos de la realidad!
Se trata de una excelente fórmula para desinfectar el ambiente, evitando la propagación de enfermedades contagiosas.
Yo mismo lo he utilizado en casa estas últimas semanas para purificar el aire antes y después de las visitas, porque creo que este remedio ancestral puede suponer una ayuda inestimable en un momento de pandemia como el que vivimos.
El hábito de fumigar las estancias domésticas con plantas depurativas para evitar el contagio de enfermedades infecciosas es común en la historia de los cinco continentes:
Ahora bien, en diversas partes de Europa también suelen quemarse hierbas secas en los solsticios, especialmente el de verano, para purificar el hogar. Y es que de acuerdo con numerosas creencias tradicionales estas plantas servirían para expulsar a los espíritus malignos y las energías negativas. Y asimismo protegerían a los convivientes, curarían a los enfermos y, sobre todo, purificarían y desinfectarían el aire de las diferentes estancias de la casa.
En el fondo, ¿qué es un virus o un microorganismo patógeno sino algo negativo que efectivamente pulula por el ambiente?
También, hace unos 2.500 años, el método de la fumigación fue puesto a prueba por Hipócrates para luchar contra las epidemias en Atenas. Esta ciudad griega fue el escenario de un grave brote de lo que se cree que era fiebre tifoidea ya en el año 430 a. C. Y ante ella, Hipócrates recomendó quemar maderas y hierbas aromáticas en las calles de la ciudad, algo que habría contribuido a acabar con la epidemia. (2)
Posteriormente, esta práctica se ha usado de forma cíclica como fórmula eficaz para limpiar objetos y ambientes en otras crisis sanitarias. Por ejemplo, resultó especialmente útil en el siglo XVIII, durante la epidemia de la peste bovina que se dio en varios países de Europa, o incluso en el siglo XIX contra el ántrax.
Y es que ya en 2007 un equipo de investigadores comprobó que, efectivamente, todas las plantas usadas en este tipo de “rituales” poseen importantes propiedades antimicrobianas.
Publicado en el Journal of Ethnopharmacology, ese estudio halló que el humo derivado de la quema de la mezcla ayurveda havan samagri (una combinación de hojas, raíces y plantas secas arrojadas al fuego como ofrenda a los dioses indios) es capaz de acabar con nada menos que el 94% de las bacterias presentes en una habitación en solo 60 minutos. (3)
Pero lo más impresionante es que este efecto desinfectante se prolonga durante 24 horas en la misma habitación cerrada. Incluso 30 días después de quemar las hierbas, tras haberse aireado la estancia, los científicos confirmaron la ausencia de 7 bacterias comunes (Corynebacterium urealyticum, Curtobacterium flaccumfaciens, Enterobacter aerogenes (también conocida como Klebsiella mobilis), Kocuria rosea, Pseudomonas syringae pv. persicae, Staphylococcus lentus y Xanthomonas campestris pv. tardicrescens).
La fumigación es una técnica muy recomendada en general -y especialmente durante el invierno-, ya que permite limitar el riesgo de contraer muchas otras infecciones y depura eficazmente el entorno. Y más cuando sabemos que el aire de nuestros hábitats puede transportar hasta 1.800 tipos diferentes de microorganismos, entre ellos determinados patógenos muy resistentes. (4)
Por ello resulta lógico pensar que, dadas las propiedades antivirales de determinadas plantas, esta práctica también podría ayudar a destruir los virus presentes en el aire de una habitación.
Pero sus beneficios no acaban aquí: resulta que el humo de las plantas también reduce la cantidad de iones positivos (en comparación con los negativos) presentes en el aire de una habitación. Y una atmósfera con más iones negativos que positivos ofrece beneficios para el sistema inmunitario e incluso para la salud mental. Es el caso, por ejemplo, del aire que se respira en la montaña o junto al mar.
No importa si no lo ha hecho nunca y no tiene experiencia en este campo. Para empezar a aplicar este remedio solo necesita profundizar un poco más en la quema de plantas fumigadoras con el objetivo de elegir las adecuadas y utilizarlas correctamente.
Para ello, le recomiendo la lectura de nuestro próximo ejemplar de Plantas & Bienestar, en el que la Dra. en Farmacia Alina Moyon le explicará detalladamente cómo hacerlo.
Acabo de leerlo y le aseguro que le resultará muy provechoso.
Porque llega en un momento clave, en el que todos comprendemos la verdadera importancia de mantener el ambiente de cada casa, oficina o lugar de trabajo libre de virus… para protegernos ya no solo a nosotros, sino también a los demás.
Así, de la mano de la Dra. Alina Moyon descubrirá:
Tiene que leerlo, porque esta limpieza purificadora a base de hierbas de la que le hablo hoy es un plus de protección frente a la sencilla ventilación de las estancias que recomiendan los expertos en salud.
El nuevo ejemplar de Plantas & Bienestar que contiene esta valiosísima información estará listo para enviarse el día 8 de diciembre.
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Pero esto no es todo. Además del artículo sobre el ritual de purificación en casa, en las páginas del nuevo número de Plantas & Bienestar, que corresponde ya al mes de enero, podrá encontrar:
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¡Y mucho más!
Amigo mío… ¡es un número espectacular! No se lo pierda.
Sé que poner en práctica el ritual de purificación en casa le ayudará a llevar con más tranquilidad las reuniones sociales bajo techo. Y con más razón ahora que las fiestas navideñas están ya a la vuelta de la esquina.
Recuerde que tiene hasta las 23:59 horas del martes día 8 de diciembre para apuntarse en la lista de destinatarios y recibir este nuevo y completísimo número de Plantas & Bienestar.
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¡Contando con esta información en sus manos cualquier visita será más segura, más fácil y podrá disfrutarla mejor!
Y a mí me encantará ver su nombre en la lista de nuevos lectores de Plantas & Bienestar. Así sabré que en estos días difíciles se cuida de la forma más sabia posible.
¡A su salud!
Luis Miguel Oliveiras
P.D.: Además, quiero que sepa que suscribirse a Plantas & Bienestar no le compromete a nada. Y es que una vez haya recibido el primer ejemplar de su suscripción, tiene todo un mes (30 días) para cambiar de opinión y cancelar la suscripción con el reembolso de la totalidad del pago y conservando los números que haya recibido hasta entonces. ¡Aproveche y suscríbase hoy! No deje escapar este número tan especial.
Fuentes:
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