Si cree tener mal aliento o halitosis, es probable que con frecuencia le invada una terrible duda: “¿me olerá la boca?”.
Un simple paso atrás de su interlocutor en una conversación acrecienta sus temores.
Con cada broma o comentario al respecto, se da por aludido.
Y termina hablando siempre con la mano delante de la boca, lo más lejos posible de sus interlocutores.
Pero aun así, resulta imposible hacer desaparecer este problema, que se convierte en una auténtica obsesión.
Ya puede lavarse los dientes al menos 2 veces al día, utilizar un dentífrico “ultra fresco”, masticar chicles de menta o utilizar esos espráis milagrosos que prometen refrescar su boca en segundos. En un primer momento, nota una sensación de frescor. Pero, una hora después, vuelve el mal aliento. ¡Siempre es la misma historia!
Y claro, después de tanta prueba infructuosa, uno termina por perder la confianza en sí mismo.
Si usted se encuentra en esta situación, voy a contarle dos cosas que probablemente desconocía.
La primera es que las soluciones que ha probado hasta ahora no funcionan porque descuidan una parte muy particular de su boca; el mal aliento es una señal de peligro que esta le envía.
Y la segunda es que estudios recientes han desentrañado cómo tomar el control de esta parte de la boca y poder arreglar así su problema de halitosis. ¡Una excelente noticia!
En un momento le revelaré una manera cómoda y sencilla que no le llevará más de unos segundos al día y que puede librarle de sus problemas bucales. Para ello, no necesita cepillo de dientes o hilo dental, ni siquiera estar en el cuarto de baño. Es algo realmente simple que podrá hacer en cualquier parte sin causar ninguna molestia, y que le refrescará instantáneamente y de forma duradera su aliento.
¿Nunca ha oído hablar de la flora bucal? ¿Cómo es eso posible?
Es un órgano un tanto particular, formado por 10 mil millones de bacterias buenas que regulan la salud de la boca y que además influyen en la del resto del organismo. Su misión es proteger los dientes, las encías y las mucosas (presentes en el interior de las mejillas, la lengua y los labios), y repeler los ataques de los virus y las bacterias patógenas que entran por vía oral.
Cuando tiene mal aliento es porque su flora bucal está afectada. Un grupo de bacterias llamadas “anaerobias” (que no precisan de oxígeno para sobrevivir) se esconde entre sus dientes y sobre su lengua.
Al multiplicarse, emiten compuestos sulfurados volátiles (CSV) que son los responsables de que usted tenga mal aliento. Por tanto, ¡no es culpa suya!
Para eliminar estas bacterias nocivas, los fabricantes de dentífricos y enjuagues han adoptado el “método de la apisonadora”.
Su razonamiento es sencillo: bacteria = nociva, por lo que hay que destruirlas todas. Su objetivo no es encontrar una solución duradera, sino como ellos mismos prometen en su publicidad “limpiar su boca” y librarla de todas las bacterias.
Por tanto, la mayoría de las marcas añaden a sus dentífricos sustancias que matan a las bacterias, como la clorhexidina, el alcohol o el flúor. ¡Un gran error!
Es precisamente por esta razón que, cuando realiza un enjuague bucal o se lava los dientes, usted nota una sensación de frescor y limpieza a corto plazo.
En efecto, una buena parte de las bacterias de su boca han sido eliminadas, pero desde el mismo momento en el que se enjuaga, las bacterias patógenas vuelven con más fuerza. Y allí donde tenía una flora bucal equilibrada, con un 90% de bacterias buenas y un 10% de malas, se produce una situación de igualdad. Por eso vuelve el mal aliento.
Pero además de desequilibrar la flora, usted ha introducido un enemigo en su boca: el flúor. Este mineral es tan peligroso que está clasificado como “cancerígeno probable” por la Organización Mundial de la Salud (OMS). (1)
Hay que comprender que la palabra “probable” quiere decir que están casi seguros de ello, si no, no dirían nada.
Y no solo eso. Además, el flúor -aunque a priori previene la caries- a la larga y en altas dosis puede traer consigo osteoporosis, lesiones del sistema nervioso, problemas cardíacos y mentales. (2)
No es una casualidad que los gases neurotóxicos utilizados en el atentado contra el metro de Tokio de 1995 contuviesen flúor.
No entiendo por qué los dentistas no se movilizan, pues estas alteraciones de la flora bucal acarrean graves problemas.
Todos los científicos lo saben. Hace más de 100 años que las bacterias fueron identificadas como buenas para la salud. De hecho, Elie Metchnikoff recibió un premio Nobel por este descubrimiento en 1908. Y desde entonces, al menos otros seis científicos han recibido sendos galardones por sus descubrimientos sobre las bacterias.
¿Le sangran las encías después de cepillarse los dientes?
Cuando la flora bucal se desequilibra no solo ocasiona el mal aliento, sino que puede provocar gingivitis (enfermedad bacteriana que provoca inflamación y sangrado de las encías) e incluso acabar degenerando en periodontitis (infección grave que daña el hueso y el tejido blando que sostiene los dientes).
En estos casos no es necesario ser dentista para comprender lo que está pasando en su boca: la sustancia blanca que se encuentra en sus dientes cerca de la encía y que suele desprenderse fácilmente se va endureciendo. Y al cabo de 48 horas es imposible eliminarla. Es lo que se conoce como sarro.
Además de amarillear los dientes, el sarro activa las bacterias patógenas que atacan sus encías, inflamándolas y haciéndolas más sensibles, hasta el punto que llegan a sangrar cuando se cepilla los dientes.
Como la gingivitis actúa lentamente y al principio no supone ningún dolor, pocas personas se preocupan por ella. Sin embargo, el problema es grave, ya que cada vez que sangra, su encía sufre, se retrae y protege menos a sus dientes. De forma lenta, pero segura, se llega a esto:
Las bacterias patógenas hacen retroceder poco a poco a las encías hasta volver frágil la base de sus dientes, que empiezan a moverse, hasta que finalmente caen o tienen que ser extraídos por el dentista.
Y cuando se pierde una pieza dental es como una jarra de agua fría, siente que ha envejecido de golpe.
Sin olvidar que cada intervención en la boca, como por ejemplo para colocarle un implante, está lejos de ser barata. Algunas personas no pueden permitírselo y se encuentran con una sonrisa en la que falta un diente.
Volveré a ello en un instante, porque existe una solución para impedir que las bacterias patógenas ataquen sus encías y luchar así contra la halitosis.
Su flora bucal es responsable de la conservación de su boca. Las caries, las aftas y la gingivitis tienen por tanto el mismo origen: las bacterias nocivas campan a sus anchas, haciendo agujeros en sus dientes e inflamando las encías.
En el caso de las aftas, las bacterias atacan a las mucosas de la boca (en la garganta, interior de mejillas y lengua) y forman en ellas una úlcera que tarda en cicatrizar varias semanas.
No voy a profundizar en estos problemas porque los conoce. Solo sepa que cuando las bacterias infestan su flora bucal provocan caries, aftas y empeoran con ello su mal aliento.
Imagine que va a ir a cenar a casa de unos amigos.
Para ello se ha duchado y perfumado, y se ha vestido para la ocasión.
Pero esta vez algo ha cambiado. Hace unas semanas, se cepillaba los dientes a conciencia antes de salir. Y siempre tenía en su bolsillo chicles o caramelos de menta solo “por si acaso”.
Aquella época ha terminado. Ya no tiene miedo de hablar con la gente, incluso de cerca. ¡Y mucho menos de sonreír!
Se nota que ha recuperado la confianza en sí mismo. Y su entorno también es consciente y le hace varios cumplidos sobre su buen humor y su energía.
Sus encías ya no sangran, incluso los dientes que antes se movían por la base parecen más fuertes y han empezado a estabilizarse.
¿Piensa que esta historia es imposible? ¿Que nunca podría ocurrirle a usted?
Entonces lea atentamente lo que sigue a continuación.
En el caso de los problemas bucales de los que le he hablado (mal aliento, encías sensibles y sangrantes, caries y aftas), la causa es siempre la misma: la flora bucal está desequilibrada y ya no logra combatir correctamente a las bacterias patógenas.
Es por tanto natural que hoy le recomiende un complemento a base de bacterias específicas para reequilibrar la flora de su boca.
Su nombre es Fórmula buco-dental, de Cell Innov, un laboratorio de referencia en el desarrollo de complementos nutricionales a base de probióticos (bacterias vivas).
Su contenido: 2 mil millones de bacterias “buenas” que colonizarán su boca, combatiendo a todas las sustancias nocivas y recuperando el equilibrio perdido de su flora bucal.
Seleccionar bacterias específicas para cada zona del cuerpo humano es fundamental. Como es lógico, la composición de la flora bacteriana es diferente, por ejemplo, en el intestino (la microbiota) o en la zona urogenital. (3)
Para determinar cuáles son las más beneficiosas para la boca, en 2009 un equipo de científicos japoneses analizó en un estudio las bacterias presentes de forma natural en ella. Y descubrieron que cuantas más bacterias del género Lactobacillus se encontraran en la boca, mejor preparada estaba su flora bucal para luchar contra los ataques de las bacterias patógenas. (4)
Otros estudios también probaron que las Lactobacillus luchaban contra las caries, reducían la placa dental y prevenían la gingivitis y la periodontitis. (5) (6) (7)
Esta es la razón por la que encontrará 2 mil millones de Lactobacillus en el complemento que hoy le recomiendo, en concreto de dos especies presentes naturalmente en su boca: Lactobacillus reuteri y Lactobacillus rhamnosus. Solo con estos activos presentes en su formulación (contiene mil millones de cada uno) ya podría eliminar definitivamente el mal aliento y reequilibrar su flora bucal. (8)
Pero hay más, ya que Fórmula buco-dental incorpora además otros 3 ingredientes conocidos por sus efectos sobre la cavidad bucal.
Existen varios métodos para reequilibrar la flora: o bien aportar de forma externa bacterias vivas beneficiosas (probióticos) o bien alimentar a las bacterias buenas que ya colonizan la boca (con prebióticos) para que se reproduzcan favorablemente.
Para multiplicar los efectos sobre su flora bucal, este complemento precisamente combina estos dos métodos.
Como comprenderá, alimentar las buenas bacterias sin favorecer las malas es una operación delicada. Y así lo evidencian numerosos estudios científicos. Uno de ellos, elaborado en la universidad francesa de LaSalle Beauvais, ha demostrado que las fibras de maíz con efecto prebiótico estimulan las bacterias buenas de la flora bucal sin potenciar a las nocivas. (9)
Por eso encontrará en esta fórmula fibras de maíz para alimentar a las bacterias beneficiosas presentes en su boca.
En Asia, el té es mucho más que una simple bebida. Según todos los especialistas, es el secreto de los asiáticos para mantener una buena salud durante toda la vida. (10)
Son más de 2.000 los estudios científicos que han probado la eficacia del té verde sobre innumerables patologías. Y curiosamente, también tiene una acción muy positiva sobre la boca: favorece su higiene, protege los dientes y las mucosas de la boca de las aftas y del mal aliento y frena la progresión del sarro. (11)
Debido a unas propiedades tan beneficiosas, este complemento incorpora 80 mg de extracto de té verde en su formulación.
La tercera ayuda extra para su boca es la vitamina C.
Una de sus múltiples propiedades es la de fabricar colágeno, una proteína esencial para la formación de la piel, los ligamentos y los huesos, y la cicatrización de las heridas (entre ellas, las aftas).
En la boca, al activar el colágeno, la vitamina C refuerza las encías, ayudándolas a recuperar el terreno perdido y a recubrir la base de los dientes, previniendo así la gingivitis y la periodontitis. (12) (13)
La primera razón es que menudo nos cepillamos los dientes 2 veces al día: por la mañana y por la noche. De esta forma, desde el desayuno hasta la noche las bacterias patógenas se activan en su boca.
Con el complemento del que le hablo pondrá fin a este problema, ya que se presenta en un cómodo sobrecito monodosis o stick que usted podrá ingerir justo después de la comida principal. Para ello, no hace falta ir al cuarto de baño, ni siquiera un vaso de agua. Solo tiene que vaciar el contenido en su boca sin diluir, presionar con la lengua el polvo granulado contra sus dientes, tragar y listo.
Tampoco necesita realizar enjuague, ¡es aún más práctico que un chicle!
Usted podría ir más a menudo al dentista para hacerse quitar el sarro de los dientes y frenar las caries antes de que le causen demasiado estropicio en sus dientes.
Pero aparte de la muy común fobia al dentista, esta medida no es la panacea para su boca. Incluso si usted va cada seis meses al dentista, sus encías continuarán retrayéndose sobre sus dientes, que poco a poco irán perdiendo fijación hasta desprenderse. Y como bien sabe, la Seguridad Social no cubre implantes, puentes ni coronas. Con suerte, solo las extracciones en algunos casos.
Además, en ningún caso solucionará su problema de mal aliento ni de aftas.
No se preocupe: Fórmula buco-dental es mucho más económico que el tratamiento de una caries o de una limpieza de sarro. Incluso se va a ahorrar los miles de euros que cuesta un implante con corona.
Usted podrá solucionar todos los trastornos de su boca… ¡apenas por el precio de una barra de pan!
Si ha leído hasta aquí es porque sus problemas bucales le inquietan.
En este punto se le presentan dos caminos:
Eliminar el mal aliento.
Luchar contra las caries.
Recuperar la solidez de sus dientes.
Restaurar sus encías.
Reequilibrar su flora bucal.
Prevenir la gingivitis.
Puede decirse a sí mismo que tomará la decisión más adelante. Pero ya sabe, más tarde significa a menudo nunca.
Por eso le animo a que no lo deje y comience a actuar desde ahora. Con el simple gesto de vaciar el sobrecito monodosis en su boca ya estará mejorando su salud bucodental y su autoestima
Dentro de solo dos semanas le invito a que se haga las siguientes preguntas:
¿Tiene mejor aliento?
¿Sus encías están menos sensibles después de un cepillado dental?
¿Han desaparecido sus aftas?
Verá cómo lo nota. Y cómo también lo notan sus interlocutores.
No espere más y pruebe esta innovadora solución que terminará con sus problemas de aliento a la vez que protege y refuerza sus dientes y encías haciendo clic en el siguiente botón:
P.D.: Fórmula buco-dental debe tomarse de forma constante, ya que la protección de la flora bucal es una tarea a largo plazo. Si quiere notar sus efectos cuanto antes, comience ya mismo su tratamiento en este enlace.
Fuentes:
Imágenes:
Wikimedia
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Suena estupendo, solo que en mi México ¿Cómo lo puedo adquirir?
Gracias.