Una nueva revisión de estudios y casos clínicos ha confirmado la efectividad de la ecografía frente a otras pruebas de referencia para diagnosticar las enfermedades inflamatorias intestinales (EII)(1). Y es que, además de ser menos invasiva, es mucho más fiable, ya que permite observar en detalle tramos del intestino que no es posible distinguir durante la colonoscopia o la resonancia magnética (RM).
En países como Alemania, Italia o Canadá es común realizar una ecografía intestinal para diagnosticar las EII, sobre todo en el caso de la enfermedad de Crohn (proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal), además de para evaluar el desarrollo de la enfermedad o cómo está respondiendo el paciente al tratamiento. Para ello se empleansondas de alta frecuencia que permiten ver la pared del tubo digestivo.
Sin embargo, en España esta prueba no se realiza de manera rutinaria, optándose por otras técnicas como la colonoscopia o la RM, pese a que son muy incómodas para el paciente.
Someterse a una resonancia magnética en ocasiones produce sensación de claustrofobia, y por su parte la colonoscopia requiere una sedación o la toma de fármacos espasmolíticos para detener el movimiento intestinal durante el proceso.
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