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Los efectos del tabaco sobre el sistema inmune perduran en el tiempo

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El hábito de fumar es uno de los factores que más perjudica al sistema inmunitario, y además el daño persiste a largo plazo. ¡Incluso después de haber dejado este hábito! Estas son las demoledoras conclusiones de un estudio en el que se ha analizado el impacto de 136 factores ambientales sobre el sistema inmune de 1.000 voluntarios de entre 20 y 60 años(1).

Esto ha permitido confirmar que algunos factores ambientales pueden alterar de manera transitoria el correcto funcionamiento de ese sistema de defensa. Sin embargo, en el caso del tabaco los cambios inmunitarios permanecen durante años, aunque ya no se esté expuesto al mismo, debido a que son epigenéticos (es decir, afectan a la propia estructura celular y al comportamiento de los genes).

Asimismo, se demostró que fumar afecta tanto a la inmunidad innata (que responde rápidamente ante cualquier agresión y es fundamental para prevenir enfermedades) como a la adaptativa, que es la responsable de liberar citoquinas (sustancias inflamatorias) en caso de infección. Y, según los responsables del estudio, esto es lo que explicaría por qué muchos fumadores sufren otras afecciones de tipo inmunitario e inflamatorio, más allá del cáncer de pulmón (o de otros órganos como la laringe o el intestino), que es la patología que más suele asociarse a este hábito tan dañino.

La enseñanza que podemos extraer de este estudio es que, si fumar es malo, cuanto más tarde en dejarse, mucho peor será. Pero si necesita más pruebas sobre los beneficios de dejar de fumar, aquí van unas cuantas.

Tisanas estación

Fuentes

1. Saint-André, V., Charbit, B., Biton, A. et al. “Smoking changes adaptive immunity with persistent effects”. Nature. 2024.


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