El beso de la vida

La mañana del 17 de julio de 1967, Rocco Morabito, un fotógrafo del Jacksonville Journal de Florida (Estados Unidos), se dirigía a cubrir una huelga en el ferrocarril de la Costa Este de dicho Estado. Lo que presenció, seguramente gracias a su olfato periodístico, marcó su carrera. De allí salió la foto titulada “El beso de la vida”, que puede ver junto a estas líneas.

Aquel día, en las inmediaciones de West 26th Street en la ciudad de Jacksonville, una cuadrilla de operarios de la compañía pública de electricidad estaba haciendo trabajos de mantenimiento subidos a los postes.

En ese momento uno de ellos, Randall Champion, agarró por accidente un cable. La tremenda descarga, de 4.160 voltios, le salió por un pie. Herido de gravedad, el trabajador quedó colgado de su arnés de seguridad e inconsciente a seis metros del suelo. Mientras, sus compañeros corrían a socorrerlo.

El primero en llegar fue Jimmy Thompson. Este, al ver el rostro azulado de su colega, recordó sus cursos de primeros auxilios y le practicó una reanimación cardiopulmonar -el boca a boca- para intentar salvar su vida. (1)

Sopló varias veces en la boca de Champion y logró que su compañero despertase. Y así, con la ayuda de otro trabajador que había acudido al auxilio, bajaron al obrero del poste y esperaron que llegara una ambulancia para llevarlo al hospital.

Thompson había salvado a Champion. Y Morabito, que presenció el suceso, realizó una serie de fotografías con su cámara que le valieron el premio Pulitzer, el mayor galardón periodístico.

Aquel momento milagroso es conocido como “El beso de la vida” (Kiss of life), título con el que se publicó la fotografía.

Aprenda a hacer «el beso de la vida» 

La moraleja de esta historia es la importancia de poseer unos conocimientos básicos de primeros auxilios. Un suceso como el que sufrió Champion tuvo un final feliz gracias a la técnica del boca a boca ¿Y sabe cómo se hace correctamente?

Para hacer la respiración artificial hay que seguir varios pasos:

1) Mantener a la persona tumbada en el suelo, boca arriba. Esta es la postura ideal.

2) Abrir la vía aérea. Hay diferentes maniobras para hacerlo y todas ellas van encaminadas a poner a la persona en una posición en que su propia lengua no le impida respirar.

El método correcto para mantener abierta la vía aérea es poniendo una mano sobre la frente y la otra sobre el maxilar inferior y echar la cabeza del afectado hacia atrás, produciendo una hiperextensión del cuello.

3) Revise la boca y límpiela de restos de alimentos, dentadura postiza, etc., en caso de que los hubiera.

4) Inicie la respiración.

Para hacerlo correctamente debe tapar la nariz con una mano, llenar los pulmones de aire, rodear con sus labios la boca de la víctima y soplar lentamente (el tiempo que debe durar el soplo es de 2 segundos aproximadamente).

Sepárese para permitir que salga el aire y vuelva a soplar pasados 5 segundos. La frecuencia con que debe soplar es un soplo cada 5 segundos en adultos.

Cuando el aire entra de manera correcta, notará que puede vaciar sus propios pulmones sin encontrar resistencia. El pecho de la persona afectada se elevará al entrar el aire.

Pero, ¡ojo!, si sopla muy deprisa el aire va a parar al estómago. El soplo debe ser lento y sostenido. Además, es importante tener en cuenta que los niños respiran más rápido, por lo que el boca a boca es un poco diferente en estos casos.

Asimismo, debe saber que esta técnica está siendo sustituida cada vez más por la reanimación cardiovascular, dado que el contacto oral es fuente de infecciones.

Por ello, en el caso de que vaya a realizarla con una persona que no conoce, valore la opción de tomar precauciones como por ejemplo colocar un pañuelo entre su boca y la del afectado.

Y si le ha quedado alguna duda de cómo realizar esta técnica, le invito a ver el siguiente vídeo de la Cruz Roja. Esta organización imparte cursos durante todo el año para aprender a hacer el boca a boca. Si tiene especial interés en aprender esta técnica con profesionales, puede solicitar información para apuntarse al próximo curso.

Como ve, el boca a boca bien podría llamarse «el beso de la vida», ya que con esta técnica todos podemos salvar una vida.