Caminar es bueno para la salud. Esto es algo de lo que ya nadie duda. Pero para beneficiarse de esta acción importa tanto el hacerlo ¡como el motivo por el que se hace! Así lo asegura un estudio(1) que concluye que, según sea la razón por la que se camine, existen diferentes niveles de beneficios. Y el nivel más alto se alcanza cuando se camina más rápido.
Los investigadores demostraron esta relación al analizar el estado de salud de 125.885 adultos de entre 18 y 64 años. Los participantes debían indicar el tiempo aproximado que pasaban al día caminando, así como el propósito de esa caminata: para ir de casa al trabajo, a comprar o para realizar una actividad de ocio, por ejemplo. También tuvieron que especificar aquellos paseos que no habían comenzado en el domicilio o que respondían al simple placer de caminar.
Pudieron confirmaron así que las personas que caminan para ir al trabajo, para comprar o para realizar alguna actividad de ocio, por ejemplo, gozan de un mejor estado de salud; en concreto, su estado de salud mejora en un 6%. Pero si ese paseo no responde a esos motivos la mejoría solo es del 3%. Esta relación en realidad es bastante sencilla de comprender, ya que generalmente se camina más rápido para llegar a tiempo a esos destinos concretos. Y, además, los trayectos que empiezan desde casa suelen ser más largos, lo que también interesa de cara a la salud.
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