Casi un tercio de las personas con psoriasis puede sufrir artritis en el futuro, según un grupo de expertos españoles en reumatología(1). Se trata además de un tipo de artritis, al que han denominado “artritis psoriásica”, cuyas características permiten diferenciarla de otras formas.
Por ejemplo, el dolor, la inflamación o la rigidez de espalda son los principales signos que ayudan a detectarla, para así determinar el diagnóstico y aplicar un tratamiento adecuado lo antes posible.
Asimismo, la inflamación que sufren las distintas articulaciones es asimétrica, por lo que afecta a distintas áreas en cada lado del cuerpo. Y también suele causar notables alteraciones en las uñas, como cambios de color, engrosamiento o separación de la piel, que permiten distinguirla fácilmente de otros tipos de artritis.
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