Los adultos cuyos padres se divorciaron siendo ellos pequeños tienen hasta un 61% más de riesgo de sufrir un ictus en el futuro. Así lo apunta un reciente estudio para el que se encuestaron a 13.205 estadounidenses.
En la investigación también se analizaron otros traumas que podrían experimentarse durante la infancia, como abuso emocional o violencia doméstica, pero ninguno tuvo un impacto tan significativo sobre ese mayor riesgo. De hecho, la relación entre el divorcio de los padres y poder sufrir un ictus en edad adulta era similar a la existente con los principales factores asociados a este problema cardíaco: sedentarismo, diabetes y depresión.
Respecto a los mecanismos implicados en esta relación, los investigadores señalan a la ansiedad continuada que suele experimentarse durante el proceso de separación, lo que conlleva niveles altos y constantes de las hormonas del estrés, que son las principales responsables de los problemas cardíacos en general.
Y hablando de ictus, ¿sabía que una de cada seis personas sufrirá un ictusa lo largo de su vida, y muchas de ellas quedarán incapacitadas o morirán? Pero usted puede evitar ser una de ellas gracias a este Informe Confidencial, en el que descubrirá cómo reducir (casi) a cero el riesgo de sufrir un ictus, un infarto o una embolia.