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Cómo conservar la fruta y la verdura “bio” para que dure más

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Le damos los 6 principios clave para que sus frutas y verduras ecológicas se mantengan en buen estado más tiempo.

Muchas personas podrán sacar partido de los consejos que aquí compartimos, dado que cada vez más gente consume alimentos “bio”. ¡Y ya se sabe que estos aguantan menos tiempo en buen estado debido a la falta de conservantes!

Así que… allá vamos.

6 principios para conservar las frutas y verduras “bio” más tiempo

Hay 6 reglas principales:

  1. Frutas y verduras enteras. Nada de cortarlas o pelarlas antes de tiempo, ya que al hacerlo sus células se rompen y los microorganismos empiezan a proliferar.

Y esto es extensible a los tallos, los cuales es mejor no cortar hasta el momento en que se vaya a preparar el vegetal.

  1. Selección natural. Para evitar la proliferación de mohos y bacterias y la contaminación de unos vegetales a otros, lo mejor es que separe y consuma lo antes posible las piezas que detecte que están pasadas o dañadas.

Si no puede aprovecharlas, deséchelas directamente.

  1. Sin plástico. No guarde las frutas y verduras en bolsas de plástico, y menos aún herméticas. Lo único que conseguirá es acelerar su degradación.
  2. Los tubérculos y las raíces, al igual que las frutas tropicales, fuera de la nevera. Si por el contrario son almacenados en un sitio oscuro, fresco y seco, podrían aguantar hasta un mes entero en buen estado.

En el caso de las patatas, conservarlas en el frigorífico también puede aumentar su contenido en azúcares.

Y las frutas tropicales, por su parte, no están acostumbradas al frío del frigorífico, por lo que ni los plátanos, ni el mango ni el aguacate (sin cortar) deben conservarse en él.

Una vez cortados, en cambio, sí deben guardarse en la nevera a fin de evitar proliferaciones bacterianas.

  1. Combinar las frutas y las verduras a la hora de guardarlas. El gas etileno es un agente de maduración que cada fruta o verdura emite a distintos niveles, por lo que lo ideal es saber cómo combinarlas al conservarlas para evitar que se estropeen demasiado rápido.

Ahora bien, también podrá utilizar este fenómeno a la inversa, para conseguir que ciertas frutas o verduras maduren antes.

Tisanas estación

Así, se clasifican entre:

  • Las que poseen un elevado contenido en gas etileno y debe guardar en el denominado “cajón de las verduras” de la parte baja del frigorífico (pues hace menos frío en su interior). Son las manzanas, los albaricoques, los arándanos, las chirimoyas, los higos, las cebollas tiernas, las uvas, los kiwis, las nectarinas, los melocotones, las peras, los caquis, las ciruelas, los tomates…
  • Con un elevado contenido en gas etileno pero que deben conservarse fuera de la nevera, en un lugar seco y mejor a oscuras. Hablamos de patatas, boniatos, plátanos…
  • Vegetales sensibles al gas etileno, por lo que hay que separarlos de los alimentos que lo emiten. Son los espárragos, los plátanos verdes (no maduros), las moras, el brócoli, las coles de Bruselas, el repollo, la zanahoria, la coliflor, las acelgas, el pepino, la berenjena, la endivia, el ajo, las judías verdes, el kale, los puerros, la lechuga, las cebollas, el perejil, los guisantes, los pimientos, las frambuesas, las espinacas, el calabacín, las fresas, los canónigos…

Aquí tiene otro texto interesante en el que hablábamos del gas etileno y también de cómo cambian las necesidades del frigorífico cuando el calor aprieta (por lo que le recomiendo leerlo ahora, justo antes del verano).

  1. Compre solo lo que necesita. Aunque aparezca en último lugar, se trata de una regla básica que hay que tener en cuenta desde el primer momento: comprar únicamente la cantidad de frutas y verduras que se necesita para los 2-5 días siguientes.

Y es que no conviene hacer acopio de ellas pretendiendo que vayan a aguantar en buen estado una semana entera.

Únicamente ciertos tubérculos y raíces pueden conservarse, siempre en condiciones óptimas, hasta un mes entero.

¿Y si es demasiado tarde…

… y se ha pasado con la compra? Pues ¡no hay problema! Simplemente reserve un poco de tiempo para preparar una buena remesa de conservas y congelados.

Lactofermentaciones, cremas, purés… ¡Eche mano de su imaginación! Lo mejor es que evitará tirar el excedente al tiempo que deja listos deliciosos platos para cuando los necesite.


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