Septiembre es la época perfecta para disfrutar de la alcachofa en su máximo esplendor. Y con la receta que te ofrecemos obtendrás todos sus beneficios para la salud, además de ese sabor único que la convierte en una verdura indispensable, y de lo más versátil, en la cocina mediterránea.
Septiembre es la época perfecta para disfrutar de la alcachofa en su máximo esplendor.
Esta versátil y nutritiva verdura, que ha sido apreciada desde la Antigüedad por griegos y romanos, sigue siendo un pilar en la actual cocina mediterránea.
Originaria de Etiopía o del norte de África, según diferentes relatos, la alcachofa es una planta perenne. Su temporada se extiende desde mayo hasta noviembre, por lo que septiembre es el momento ideal para integrarla en sus recetas.
Y con la que le detallamos más abajo obtendrá un plato repleto de sabor y nutrientes beneficiosos para la salud.
La alcachofa no solo es deliciosa, sino también una fuente impresionante de nutrientes y compuestos beneficiosos para la salud.
En cuanto a su sabor, destaca por ser ligeramente astringente. Y si bien la experiencia de comerla cruda deleita a algunos chefs, otros prefieren cocinarla, cuando su carne es más tierna y se deshace sin dificultad.
Además, contiene cinarina, un compuesto que tiene la particularidad de influir en la percepción del sabor dulce. Sin duda este es el rasgo que hace de la alcachofa un ingrediente único en la cocina.
Ahora bien, su interés para la salud no se queda atrás, siendo considerado todo un superalimento.
Por ejemplo, se sabe que ayuda a mejorar la función hepática, lo que permite una mejor desintoxicación del organismo.
Y sus hojas son las más poderosas en este sentido, al contener pocas grasas, pero muchas fibras, que son excelentes para el buen tránsito intestinal. Además, ofrecen numerosos nutrientes claves para la salud, como son el magnesio y el fósforo, así como la vitamina C, un importante antioxidante.
De hecho, su principal fortaleza reside en la gran cantidad de antioxidantes que aporta. Y estos ayudan a combatir el envejecimiento celular al proteger el cuerpo de los daños causados por los radicales libres, promoviendo así una mayor longevidad en óptima salud.
Aunque no podemos olvidarnos de que la alcachofa también contribuye al control del colesterol, reduciendo el nivel de triglicéridos y el de colesterol LDL (el “malo”).
Septiembre es la época perfecta para aprovechar al máximo la frescura de la alcachofa, al estar en plena temperada.
Y si es un amante de la buena mesa que busca platos saludables y reconfortantes a partes iguales, le proponemos la receta de una deliciosa crema de alcachofas.
Es muy fácil de preparar y perfecta para aprovechar las propiedades de la alcachofa.
Solo necesita estos ingredientes (para 6 personas).
Para la elaboración, comience rompiendo los tallos de las alcachofas y retirando las hojas hasta llegar a los corazones. Eso sí, reserve algunas de las hojas más tiernas para más adelante.
Retire también el cono central y frote los corazones con limón mientras los limpia, para después sumergirlos en agua con limón y evitar así que se oxiden.
En una cacerola aparte, sofría las cebollas picadas con un chorrito de aceite de oliva, junto con la rama de apio también picada. Agregue los corazones de alcachofa, cortados en trozos, y remueva durante unos minutos para que se impregnen bien los sabores.
A continuación, añada el caldo de pollo y la leche a la cacerola. Salpimiente al gusto y cocine a fuego lento durante 45 minutos, cubriendo la cacerola tres cuartos de su totalidad para que los sabores se concentren.
Mientras la sopa se cocina, cueza las hojas de la alcachofa que había reservado previamente, y después retírelas con cuidado para usarlas como guarnición.
Finalmente, licúe la sopa hasta obtener una textura suave y cremosa, según su preferencia, y repártala en tazones individuales. Y en un bol aparte mezcle la crema fresca líquida con el jugo de limón y el perejil picado, añadiendo sal y pimienta al gusto.
Vierta esta mezcla sobre la sopa y coloque un pétalo de alcachofa en cada tazón como guarnición.
Sirva estando aún caliente ¡y que aproveche!
Esta es solo una de las muchas maneras de obtener los beneficios de la alcachofa, al mismo tiempo que deleita nuestro paladar con su sabor único.
Anímese a incorporarla a sus platos, dando rienda suelta a su imaginación culinaria.
Artículos relacionados