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¡Qué calor! Soluciones para no achicharrarse

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Estimado Lector,

Aunque este verano está siendo un poco atípico, con inestabilidad en gran parte del país y temperaturas que suben y bajan en apenas unos días, la canícula (el período más caluroso del año) se acerca y está previsto que nos azoten varias olas de calor a lo largo de las próximas semanas.

En esos días de temperaturas máximas el calor se hace insoportable, impidiendo llevar una vida normal e incluso descansar por la noche, por lo que el aire acondicionado se convierte en una necesidad para muchos.

Sin embargo, no todo el mundo lo tiene, y muchos tampoco desean tenerlo, pues supone un gasto energético enorme (la humanidad gasta más en refrescarse que en calentarse a lo largo de todo el año) y además con frecuencia produce resfriados, dolores de garganta…

Lo cierto es que existen medios muy eficaces (y mucho más saludables) para combatir el calor sin perjudicar a la salud. Hoy he querido recopilar unos cuantos consejos prácticos para que pueda tenerlos en cuenta y prepararse antes de la llegada de las temperaturas extremas.

Aunque algunos le parezcan un poco obvios, nunca está de más recordarlos, pues pueden ayudarle eficazmente a sobrellevar mejor el calor y conseguir que su casa esté más fresca este verano sin demasiado esfuerzo.

  1. Use ropa amplia y ligera. Los pantalones cortos y las camisetas de algodón no son la mejor opción cuando el calor aprieta. Al contrario: lo que hace con ellos es exponerse, además de al calor, a los rayos ardientes del sol, que pueden provocarle quemaduras y lesiones en la piel. Además, si son apretados le harán sudar todavía más.Sin duda los días de más calor debería vestir ropa cómoda, amplia, de larga (un pantalón o una falda, una blusa…) y de color claro; y si las prendas pueden ser de lino, mejor que mejor. Utilice también un amplio sombrero de paja de color claro.
  2. Si no aguanta el calor, dese una breve ducha fría o enfríe alguno de los “puntos de refrigeración” de su cuerpo (es decir, las muñecas o el cuello) aplicando sobre ellos un cubito de hielo cubierto por una tela o cualquier objeto frío. Verá cómo se repone rápidamente.
  3. Evite agitarse o realizar grandes esfuerzos físicos, y mucho menos en las horas centrales de día (es de puro sentido común, pero nunca viene mal recordarlo…). Y, en cualquier caso, si va a realizar actividades al aire libre, lo mejor es que dedique unos días a aclimatarse, aumentando el tiempo poco a poco cada día y dando así al cuerpo la oportunidad de habituarse.
  4. Acuéstese más tarde, cuando la temperatura ya haya bajado un poco. Y asimismo, si puede, aproveche el frescor de la mañana para descansar un poco más o las horas de más calor para dormir una siesta.
  5. Manténgase informado de la previsión del tiempo, lo que le permitirá adelantarse y prevenir sustos, e interésese por sus riesgos de salud personales (consulte con su médico si el calor supone un peligro especial para usted y qué precauciones extra debe tomar en ese caso).

Por supuesto, a todo esto hay que sumarle ciertas medidas básicas: mantenerse hidratadopermanentemente, bebiendo sin esperar a sentir sed (ésta es un signo de deshidratación), y evitar el alcohol, la cafeína o los diuréticos en general, que deshidratan.

Asimismo, proteja siempre el cuerpo -y en especial la cabeza- durante las horas de más calor y trate de mantenerse todo lo que pueda a la sombra.

Hay que tener especial cuidado y prestar más atención a las personas vulnerables (sobre todo niños y personas mayores -por ejemplo, algún vecino que viva solo-). No deje nunca a un niño o a una mascota en el interior de un coche al sol.

Convierta su casa en un refugio contra el calor

Si quiere convertir su casa en un pequeño “oasis” este verano, tenga en cuenta los siguientes consejos:

  1. No cometa el error de abrir las ventanas cuando hace calor. Para mantener la casa bien aislada hágalo únicamente por la noche, para dejar entrar el aire fresco, y vuelva a cerrarlas por la mañana, para conservar el aire fresco en el interior.
  2. Hágase con un ventilador. Hacer circular el aire da una sensación inmediata de frescor que ayuda a dormir mejor. Puede rociarlo con un poco de agua justo en el momento de acostarse, lo que da una sensación más refrescante al aire que expulsa el aparato, pero sin que éste resulte demasiado frío o dañino para su salud.
  3. Cambie la cama de lugar. Si es su caso y puede hacerlo, pásela a la planta baja de la casa, ya que el aire caliente tiende a subir (los lugares más fríos de la casa suelen ser el sótano y la planta baja). Si vive en un piso o en una casa de una única planta, puede probar a dormir en el suelo sobre un futón o un colchón improvisado, por ejemplo. Ganará frescor y seguro que logra descansar mucho mejor.
  4. Asimismo, utilice sábanas de lino. Se trata de un material natural altamente transpirable, absorbente y ligero, por lo que las sábanas elaboradas con él no se pegan a la piel, se secan rápidamente y evacúan el calor hacia el exterior (¡se calcula que la conductibilidad del lino es 5 veces superior a la de la lana y 10 veces mayor que la seda!).
  5. Evite cocinar o hacer funcionar los aparatos electrodomésticos, especialmente el horno. Y recuerde que las proteínas de la carne y el pescado generan calor al digerirse. Lo ideal es comer menos cantidad y con mayor frecuencia. Es decir, que lo mejor es apostar por los crudités y las cremas y sopas de verduras frías (un gazpacho o una crema de calabacín, por ejemplo). Son ideales y, cuando gustan, ¡uno no se cansa nunca de tomarlas!
  6. Protéjase… ¡con plantas! En el exterior, sentarse a la sombra de un árbol o de una parra es más eficaz que utilizar parasoles de cualquier tipo, que por lo general forman una sofocante burbuja de aire caliente. Del mismo modo, en el interior las plantas verdes tropicales refrescan el ambiente absorbiendo la luz para realizar la fotosíntesis y liberando oxígeno.

Lo mejor para refrescarse es una tisana… ¡caliente!

Hay que decir que el propio cuerpo tiene previsto un mecanismo de regulación de la temperatura: la sudoración. Es decir, que la sangre circula para distribuir el calor por el organismo, el cual luego se expulsa a través de la transpiración, que termina evaporándose. Es este principio de evaporación el que hace descender la temperatura del cuerpo y devuelve la sensación de frescor.

Ahora bien, cuando la sudoración no es suficiente, puede ayudarse al organismo estimulando la circulación de la sangre y la transpiración. Y para ello, aunque le cueste creerlo, lo mejor son las bebidas calientes, precisamente porque nos hacen sudar más. ¿Por qué si no los beduinos beben té caliente en el desierto? ¡Eso les hace sudar y les refresca!

Además, el sabor de determinadas plantas aporta una sensación de frescor inmediata, algo que no debería subestimarse. Varias de ellas son las que he elegido para una receta de lo más refrescante:

Tisanas estación

  • El hibisco (Hibiscus sabdariffa), una planta muy conocida (es el ingrediente principal del célebre bissap, una bebida tradicional africana) de efectos relajante y refrescante.
  • La vid roja (Vitis vinifera L.), la planta por excelencia para la circulación. Gracias a sus antocianósidos, unos pigmentos con propiedades antioxidantes, favorece notablemente la circulación sanguínea periférica y refuerza el tono de las venas.
  • El tilo (Tilia platyphyllos), que también favorece la relajación y la buena circulación sanguínea gracias a sus flavonoides y cuyas inflorescencias estimulan especialmente la transpiración.
  • La grama (Elytrigia repens), que además aporta elementos nutritivos y evita las carencias derivadas de la eliminación excesiva por el sudor.
  • La fresa (Fragaria vesca) ayuda a equilibrar el azúcar en sangre gracias a sus propiedades astringentes, por lo que resulta muy útil para evitar la hipoglucemia y las sensaciones de vértigo, entre otras, derivadas del calor intenso.
  • La grosella negra (Ribes nigrum), de la cual en esta receta se usan las hojas, útiles por su efecto diurético y refrescante. No obstante, de forma general también es muy recomendable el consumo de sus frutos, ricos en flavonoides y muy eficaces para mejorar la circulación venosa.

Para elaborar su tisana refrescante mezcle las siguientes cantidades:

  • Grama (raíz): 30 g.
  • Hibisco (cáliz): 25 g.
  • Tilo (inflorescencias): 15 g.
  • Fresa (hojas): 10 g.
  • Vid roja (hojas): 10 g.
  • Grosella negra (hojas): 10 g.

Utilice el equivalente de 1 cucharada sopera de la mezcla por cada tazón de agua. Caliente todo hasta que arranque a hervir, apague el fuego y deje la mezcla en infusión durante 5-10 minutos, antes de filtrar.

Si lo desea también puede tomar esta tisana fría y aderezada con zumo, por ejemplo de piña. Sin embargo, tomarla caliente aporta un efecto refrescante más duradero. ¡Haga la prueba y cuénteme qué tal!

Además, se trata de una infusión beneficiosa para toda la familia y puede consumirse en el momento del día que se prefiera, aunque lo ideal -como sucede con cualquier medida llevada a cabo para combatir el calor- es tomarla antes de sentirse mal o demasiado acalorado.

Gel refrescante para las piernas

Si es usted de los que sufre también los estragos del calor en las piernas a causa de la mala circulación, con sensación de pesadez, hinchazón e incluso dolor, sabe lo necesario que se hace ponerlas en alto y refrescarlas de vez en cuando para recuperarse.

Pues bien, este verano también le propongo que elabore usted mismo su propio gel refrescante para las piernas. ¡Verá cómo nota la diferencia! Ahí va la receta:

Añada a 30 ml de gel neutro o de aceite de macadamia los siguientes aceites esenciales (AE):

  • 15 gotas de AE de ciprés (Cupressus sempervirens).
  • 10 gotas de AE de romero cineol (Rosmarinus officinalis CT cineol).
  • 5 gotas de AE de menta piperita (Mentha × piperita).

Aplíquese el gel sobre las piernas 2 ó 3 veces al día y en sentido ascendente desde los tobillos.

Ya lo ve: hay múltiples medidas que se pueden adoptar (relativas a la vestimenta, al hogar, a qué comemos y bebemos…) que pueden ayudar mucho a paliar el calor. Si no las conocía, le recomiendo que este mismo verano las ponga en práctica. Y si usted tiene algún otro truco “secreto” que funciona para combatir los estragos de las altas temperaturas y lo echa de menos en esta lista, le animo a compartirlo más abajo con el resto de lectores de Tener S@lud.


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